Eran las tres de la madrugada cuando el teléfono de Cazzu sonó, iluminando el cuarto en penumbras. La rapera argentina, envuelta en sábanas de seda, miró incrédula la pantalla. El nombre que apareció no era el de cualquier persona. Era Christian Nodal. La sorpresa fue inmediata. Después de semanas sin contacto directo, ¿qué podría querer él a esa hora? Mientras sus dedos vacilaban sobre la pantalla, decidiendo si contestar o no, algo en su interior le hizo deslizar suavemente el botón para responder. Al otro lado, una voz familiar, aunque cargada de emoción y con cierto tambaleo, rompió el silencio.

“Nunca dejé de pensar en ti”, dijo Nodal, su tono claramente afectado por el alcohol. Las palabras parecían venir desde lo más profundo de su ser, como si el solo hecho de articularlas fuese un alivio. “Cazzu, por favor… vuelve”. La confesión era inesperada, y más aún considerando la imagen que ambos habían proyectado después de su separación: una ruptura en buenos términos, madura y, sobre todo, final. Pero ahora, en esta madrugada, las cosas tomaban un giro completamente distinto.

Para el mundo exterior, la historia de Nodal y Cazzu había sido vista como un romance intenso, pero destinado a desvanecerse. Después de todo, la vida de los artistas rara vez les permite vivir relaciones normales. Sin embargo, lo que muchos no sabían era la profundidad de los sentimientos que Nodal aún albergaba por la rapera. A pesar de sus intentos por seguir adelante, por concentrarse en su música y en otros aspectos de su vida, algo en él no había cambiado: su amor por ella seguía siendo una llama viva. Y esa noche, en un arranque de vulnerabilidad y bajo el influjo del alcohol, se atrevió a mostrarlo.

Los informes que empezaron a circular sobre la llamada eran confusos, fragmentados, pero todos coincidían en lo mismo: Nodal no estaba simplemente ebrio, estaba emocionalmente destruido. Su arrepentimiento, según aquellos cercanos al cantante, era palpable. “Cometí errores”, decía con voz quebrada, “pero nada de lo que hice fue porque dejara de quererte”. La relación, que parecía haberse cerrado con un final definitivo, ahora parecía reabrirse como una herida que nunca había sanado del todo.

Cazzu, por su parte, se mantenía en silencio. Ninguna palabra salía de sus labios mientras escuchaba a Nodal desahogarse. Sabía que esta llamada podía ser decisiva, no solo para él, sino también para ella. Aunque públicamente había logrado mantener una imagen serena y enfocada en su carrera, en su interior las emociones eran mucho más complejas. En su relación con Nodal había encontrado un compañero, alguien con quien compartía una conexión más allá de la música. Y aunque la separación había sido una decisión que ambos tomaron con la cabeza fría, el corazón siempre tiene su propio ritmo.

Los seguidores de ambos artistas no tardaron en reaccionar cuando la noticia de la llamada comenzó a filtrarse. Las redes sociales explotaron con teorías y especulaciones. ¿Estaba Nodal buscando desesperadamente una reconciliación? ¿Había sido un impulso momentáneo o verdaderamente había algo más profundo detrás de esta súplica nocturna? Para muchos, la química entre ambos artistas nunca había desaparecido. A pesar de los rumores de ruptura, siempre existió una chispa que los conectaba, y ahora, esa chispa parecía arder con más fuerza que nunca.

A medida que la conversación entre Nodal y Cazzu continuaba, las palabras del cantante se volvían cada vez más intensas. “Te extraño”, repetía, casi como un mantra, como si esas dos palabras pudieran deshacer todo el daño del pasado. Habló de sus momentos juntos, de las risas, de los conciertos, pero también de las peleas y de las veces en que se sintió perdido. “No supe cómo manejarlo”, admitió con franqueza. “Dejé que las cosas se desmoronaran y no hice nada para detenerlo”. Este reconocimiento, tan honesto y sin adornos, era algo que pocos habían visto en el Nodal público.

Por otro lado, Cazzu seguía escuchando, pero algo en su rostro había cambiado. La rapera, conocida por su dureza y actitud desafiante, parecía estar procesando cada palabra. Sabía que las decisiones impulsivas podían llevar a caminos peligrosos, y si algo había aprendido en su vida, era que no debía apresurarse. Sin embargo, también entendía que el amor verdadero no desaparece fácilmente, y la relación que había tenido con Nodal era, en muchos sentidos, única.

Los medios de comunicación, por supuesto, comenzaron a hacer eco de la llamada, aunque con más preguntas que respuestas. ¿Estaría Nodal verdaderamente listo para una reconciliación? ¿Sería esta una jugada desesperada en un momento de debilidad o un genuino intento de recuperar lo que ambos habían perdido? Y lo más importante, ¿qué pensaba Cazzu de todo esto? Hasta ese momento, la rapera no había emitido ningún comentario oficial, pero sus fans estaban al borde del asiento, esperando cualquier señal que indicara su próxima jugada.

Las carreras de ambos artistas también estaban en el centro de la conversación. Mientras Nodal seguía triunfando con su música, sus canciones de desamor resonaban aún más fuerte tras este incidente. Los seguidores comenzaron a preguntarse si la llamada a Cazzu sería el preludio de una nueva era en su música, una en la que sus experiencias personales volvieran a alimentar sus composiciones, como ya lo había hecho en el pasado. ¿Podría esta situación convertirse en la chispa creativa que impulsara su próximo álbum? Muchos creían que sí.

Por otro lado, la postura de Cazzu era más difícil de prever. Había mantenido un perfil bajo, concentrándose en su carrera y proyectos artísticos, pero algo en esta llamada nocturna podría haber reavivado viejas emociones. Los fans especulaban si su silencio significaba reflexión o si estaba preparando una respuesta más contundente. Después de todo, en una relación de figuras públicas como la suya, cada movimiento tiene consecuencias.

Las horas siguientes a la llamada estuvieron llenas de especulación, pero aún sin respuestas concretas. ¿Aceptaría Cazzu la propuesta de Nodal? ¿Le daría una nueva oportunidad o cerraría ese capítulo de su vida de una vez por todas? Solo el tiempo lo diría, pero lo que quedaba claro era que esta historia, lejos de terminar, apenas comenzaba un nuevo y emocionante capítulo.

El mundo seguía atento, esperando la próxima jugada de dos de los artistas más influyentes del panorama musical actual. Mientras tanto, Nodal, seguramente al amanecer de esa madrugada, apagaba su teléfono, dejando en el aire las preguntas que todos se hacían: ¿habría sido suficiente esa llamada para recuperar lo perdido? ¿O sería simplemente el eco de una historia de amor que, aunque apasionada, estaba destinada a quedarse en el pasado? Solo el futuro tendría la respuesta, y mientras tanto, el mundo observaba, expectante y lleno de intriga.