Sebastián Rulli y Angelique Boyer han sido una de las parejas más admiradas y seguidas del mundo del espectáculo, y no es para menos. Su química en pantalla es innegable, pero su relación detrás de las cámaras ha sido objeto de fascinación para muchos, no solo por el amor que se profesan, sino por la forma en la que han manejado su vida personal en medio del incesante escrutinio público. Lo que comenzó como una simple amistad en el set de grabación, se transformó en una historia de amor que ha resistido las pruebas del tiempo, la distancia y, por supuesto, los rumores.

Todo comenzó cuando Rulli y Boyer compartieron créditos en varias telenovelas, entre ellas “Lo que la vida me robó” y “Teresa”, dos producciones que los consolidaron como una de las duplas favoritas del público. Sin embargo, en esos momentos, ambos vivían situaciones personales diferentes. Boyer había terminado su relación con el productor José Alberto “El Güero” Castro, y Rulli había pasado por una separación con Cecilia Galliano. El timing parecía ser un obstáculo, pero la vida tenía otros planes.

Durante las largas horas de grabación y la convivencia diaria en los sets, ambos comenzaron a conocerse de una manera más profunda. Rulli recuerda con especial cariño los momentos en los que Angelique atravesaba momentos difíciles, y cómo él estuvo a su lado como un amigo incondicional. Fue en esos pequeños gestos, como acompañarla en situaciones complicadas y respetar su espacio, donde el vínculo entre ambos empezó a fortalecerse. “Siempre fue un caballero, un gran apoyo, y eso fue lo que me fue ganando el corazón”, comenta Angelique al rememorar aquellos primeros días.

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Pero no fue hasta que compartieron una gira de teatro que ambos se dieron cuenta de que lo que sentían iba más allá de una simple amistad o compañerismo. Las largas horas de convivencia, los viajes y las conversaciones constantes durante el tour les permitieron verse en situaciones más cotidianas, alejadas del glamour de las cámaras. Fue allí donde, poco a poco, comenzaron a descubrir que entre ellos había algo más profundo. Sin embargo, al terminar la gira, ambos tomaron caminos separados temporalmente. Angelique se fue de vacaciones, mientras que Rulli también aprovechó para viajar. A pesar de la distancia, el contacto no se perdió. Las llamadas y videollamadas se volvieron parte de su rutina, y fue durante esas conversaciones a distancia que ambos se dieron cuenta de que estaban enamorados.

“Fue algo que no pudimos resistir más”, confiesa Sebastián, con una sonrisa que refleja tanto complicidad como satisfacción. Al regresar de sus respectivos viajes, la atracción entre ellos era innegable. A pesar de los rumores que ya comenzaban a circular en los medios, ambos decidieron dar un paso más en su relación. Pero no fue un proceso sencillo. Los paparazzi los acechaban constantemente, buscando cualquier pista que confirmara lo que ya muchos sospechaban: que eran pareja.

“Había momentos en los que había cinco paparazzis afuera, esperando cualquier movimiento”, recuerda Sebastián, señalando que la persecución mediática llegó a ser tan intensa que, en un punto, ambos decidieron hacerlo público. “No había nada que ocultar. Queríamos estar juntos y no veíamos razón para seguir negándolo”, añade Angelique.

El anuncio de su relación fue una bomba en los medios de comunicación. No faltaron los titulares que afirmaban que Angelique había dejado a “El Güero” Castro por Sebastián, y que la relación entre ambos había comenzado mucho antes de lo que ellos afirmaban. Sin embargo, ambos han sido categóricos al negar cualquier infidelidad o traición. “Estoy completamente tranquila de que las cosas no fueron así”, asegura Boyer, quien siempre ha defendido la honestidad y transparencia con la que manejó tanto su separación de Castro como el inicio de su relación con Rulli.

Con el paso de los años, su relación ha demostrado ser sólida y estable, algo que, en un mundo tan cambiante y volátil como el del espectáculo, es digno de admirar. Para muchos, la clave de su éxito ha sido el respeto mutuo y la independencia que ambos han sabido mantener. Aunque llevan varios años juntos, no viven bajo el mismo techo, una decisión que para ellos ha sido crucial para mantener el equilibrio en su relación. “Cada uno tiene su espacio, y eso ha sido súper saludable”, comenta Sebastián. Ambos tienen carreras demandantes, que implican largas horas de grabación y constantes viajes, por lo que el hecho de no vivir juntos les permite mantener una relación fresca y libre de presiones.

“Somos una pareja atípica”, afirma Boyer, quien también ha dejado claro que, al menos por el momento, no tienen planes de casarse. “El matrimonio no es algo que esté en nuestros planes. Estamos felices así, disfrutando de nuestra relación tal como es”.

A pesar de las presiones externas, ambos han aprendido a blindar su relación de las críticas y los rumores. Las redes sociales, aunque en ocasiones pueden ser una herramienta para desmentir información falsa, también han sido un espacio donde se generan malentendidos y especulaciones. “La gente vive a través de nuestras vidas, y eso es muy triste”, reflexiona Sebastián, quien, aunque agradece el cariño de sus seguidores, también les invita a vivir sus propias vidas y no preocuparse tanto por lo que ocurre en la de ellos. “Nosotros estamos bien, no hay de qué preocuparse”.

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La fama, lejos de facilitarles las cosas, ha sido un desafío adicional. Estar constantemente bajo el ojo público significa que cualquier gesto o palabra puede ser malinterpretado o sacado de contexto. Sin embargo, tanto Sebastián como Angelique han aprendido a lidiar con esto de manera madura y serena. “Si no tienes nada que ocultar, no hay problema. Y si te inventan algo, lo desmientes si vale la pena, y si no, lo dejas pasar”, comenta Rulli, con la experiencia de alguien que ha estado en la mira de los medios por años.

Lo más importante para ambos ha sido siempre la honestidad y la transparencia, tanto entre ellos como con el público. Aunque sus vidas han estado expuestas al escrutinio de los medios desde el inicio de su relación, nunca han permitido que esto afecte su amor ni su estabilidad como pareja. Para ellos, lo más importante es lo que han construido juntos, lejos de los reflectores y las cámaras. Y aunque no siempre ha sido fácil, han demostrado que, con respeto, paciencia y amor, es posible mantener una relación sólida en medio del caos que a veces puede ser la vida pública.

Hoy, tras varios años juntos, Angelique y Sebastián continúan siendo una de las parejas más queridas y admiradas del mundo del espectáculo. Su historia, lejos de ser un cuento de hadas perfecto, es una muestra de que el amor verdadero requiere esfuerzo, comprensión y, sobre todo, la capacidad de enfrentar juntos los desafíos que la vida les pone en el camino. Y aunque los rumores y las especulaciones siempre estarán presentes, ambos han aprendido a navegar estas aguas con elegancia y firmeza, demostrando que, cuando el amor es auténtico, no hay obstáculo que no se pueda superar.