La separación entre William Levy y Elizabeth Gutiérrez, una de las parejas más populares del mundo del espectáculo latinoamericano, siempre estuvo rodeada de especulaciones, rumores y miradas curiosas. Cuando Elizabeth finalmente confirmó que sus caminos se bifurcaban, los medios se llenaron de preguntas y teorías. Sin embargo, lo que se ha desvelado recientemente ha sacudido incluso a aquellos que se creían inmunes al drama mediático. William Valdés, actor y conductor cubano, decidió poner el dedo en la llaga y ofrecer un vistazo a la cruda realidad de la relación entre Levy y Gutiérrez. Sus palabras, llenas de una sinceridad contundente, dejaron claro que lo que el público veía era solo una versión editada de una realidad mucho más oscura.

En una entrevista con Shanik Berman, transmitida por Radio Fórmula, William Valdés reveló lo que muchos jamás hubieran imaginado: los celos y actitudes posesivas de William Levy no solo eran intensos, sino que llegaron al punto de frenar la carrera de Elizabeth Gutiérrez, prácticamente arrinconándola y limitándola. Las palabras de Valdés fueron claras: “Yo creo que literalmente la encarceló, porque no la vimos, y la pregunta era: ‘¿Por qué Elizabeth se sale de actuar?’”. Estas declaraciones fueron como un jarro de agua fría para los seguidores de la pareja, quienes habían idealizado su relación durante años.

Valdés narró cómo Levy llegó a presionar a Telemundo para que despidieran a Elizabeth de la telenovela “Rostro de la venganza”. El melodrama, lanzado en 2012, representaba una gran oportunidad para Elizabeth de destacar en su carrera actoral. Sin embargo, la trama, que incluía escenas de romance con diferentes personajes masculinos, fue algo que William Levy no pudo soportar. Según Valdés, Levy entró a las oficinas de Telemundo y le dijo a los productores: “Tienen 15 días para sacármela de la novela”. Dicho y hecho, Elizabeth fue reemplazada por la actriz Marlene Favela, y lo que pudo ser un impulso importante para su carrera se convirtió en un símbolo de la intervención y el control de su entonces pareja.

Las declaraciones de Valdés no fueron hechas a la ligera. El actor y conductor cubano trabajó de cerca con William Levy y Elizabeth Gutiérrez, lo que le permitió ver de primera mano las dinámicas que ocurrían tras bastidores. Para Valdés, los celos de Levy eran una manifestación del machismo arraigado en su personalidad. “Es un tipo de ‘yo puedo pero tú no puedes, yo me puedo acostar con quien se me da la gana pero tú no'”, afirmó Valdés. Esta frase resonó profundamente entre los oyentes y seguidores del escándalo, ya que pintaba un retrato de Levy como un hombre inseguro, dispuesto a frenar el crecimiento de su pareja para mantener el control sobre ella.

Las palabras de Valdés parecen encajar con lo que Elizabeth insinuó en algunas entrevistas tras su separación. Aunque siempre fue cuidadosa de no hablar mal de William Levy y se mantuvo diplomática, en más de una ocasión dejó entrever que su relación fue más complicada de lo que la gente suponía. No obstante, escuchar de boca de alguien más que la razón por la que dejó de actuar fue la presión y el control de Levy fue una revelación que, para muchos, dio sentido a sus decisiones. Gutiérrez, una actriz talentosa que en su momento prometía brillar en el mundo de las telenovelas, había desaparecido de los sets sin explicación aparente, y ahora todo parecía encajar: Levy no quería que ella destacara.

Valdés también habló sobre cómo Elizabeth, en su afán por mantener la paz en su hogar y priorizar la estabilidad de sus hijos, cedió en muchas ocasiones a las demandas de Levy. Esta situación llevó a que durante años ella quedara relegada al papel de madre y pareja, mientras que William cosechaba éxitos en la industria del entretenimiento. Levy no solo protagonizó importantes producciones, sino que, según Valdés, también aprovechaba esas oportunidades para involucrarse sentimentalmente con algunas de sus compañeras. “Si Elizabeth no ha trabajado durante todo este tiempo es porque él no quería que ella trabajara”, sentenció Valdés, poniendo en evidencia el desequilibrio de poder en la relación.

Esta dinámica resulta ser un patrón conocido en muchas relaciones donde uno de los miembros busca dominar y eclipsar al otro. El caso de Elizabeth y William es una representación pública de un problema que muchas mujeres enfrentan en sus relaciones personales: el miedo al éxito ajeno, a la independencia de la pareja y la necesidad de mantener un control absoluto. En el caso de Levy, según Valdés, esto se tradujo en celos y acciones concretas para limitar las oportunidades profesionales de Elizabeth.

Uno de los momentos más impactantes de la entrevista fue cuando Valdés habló sobre el carácter de William Levy y lo comparó con lo que él considera una mentalidad “típica” del cubano machista. Esta afirmación generó controversia, ya que muchos consideraron que era una generalización injusta. Sin embargo, el punto de Valdés parecía ser que Levy se aferraba a una visión tradicional y retrógrada de las relaciones, donde el hombre tiene la libertad de hacer lo que desea mientras que la mujer debe mantenerse en segundo plano, apoyándolo sin cuestionar. Para Valdés, esta actitud es lo que mantuvo a Elizabeth en una situación de “encarcelamiento”, como él mismo describió.

Tras la entrevista, las redes sociales explotaron con opiniones divididas. Por un lado, muchos usuarios se mostraron sorprendidos y decepcionados con la imagen que Valdés pintaba de William Levy. Para ellos, Levy siempre había sido un galán de telenovelas, un hombre encantador y carismático que parecía tenerlo todo: éxito, una familia hermosa y una relación envidiable. Sin embargo, las palabras de Valdés desmoronaron esa imagen perfecta, mostrando a un hombre inseguro y controlador, incapaz de permitir que su pareja también tuviera éxito.

Por otro lado, hubo quienes defendieron a Levy, argumentando que los comentarios de Valdés eran exageraciones o incluso intentos de difamar al actor. Aseguraban que nadie sabe realmente lo que sucede en una relación y que no era justo juzgar a Levy únicamente basándose en las declaraciones de un tercero. Sin embargo, el daño estaba hecho, y la imagen pública de William Levy quedó manchada por estas revelaciones.

Elizabeth Gutiérrez, mientras tanto, ha mantenido un perfil bajo respecto a estos comentarios. La actriz, que ha preferido enfocarse en sus hijos y en sus proyectos personales, no ha dado declaraciones al respecto. Sin embargo, sus acciones hablan más que las palabras. Tras la separación, Elizabeth ha vuelto a la actuación y ha comenzado a involucrarse en nuevos proyectos, mostrando una faceta más independiente y libre. Para muchos, esto es una señal de que, lejos de la sombra de Levy, Elizabeth está recuperando su esencia y finalmente está dispuesta a retomar su lugar en el mundo del espectáculo.

La entrevista de William Valdés también puso de relieve un tema que es demasiado común en el mundo del entretenimiento: las relaciones de poder y cómo estas afectan a las carreras de las mujeres. En una industria donde las apariencias lo son todo, es fácil dejarse llevar por la imagen de parejas felices y exitosas, sin considerar lo que realmente ocurre tras bambalinas. El caso de Levy y Gutiérrez es un recordatorio de que incluso las relaciones que parecen perfectas pueden tener lados oscuros, y que muchas veces el precio del éxito de uno es el sacrificio del otro.

La historia de William Levy y Elizabeth Gutiérrez no es única, pero es un ejemplo poderoso de cómo los celos y el control pueden limitar el potencial de una persona. Elizabeth, a pesar de las dificultades, ha demostrado ser una mujer fuerte y resiliente, dispuesta a recuperar su independencia y a luchar por sus sueños. William Levy, por su parte, enfrenta ahora la difícil tarea de reconstruir su imagen pública, una imagen que ha sido duramente golpeada por estas revelaciones.

Mientras tanto, William Valdés, con sus declaraciones, ha encendido un debate sobre el machismo en las relaciones y el impacto que tiene en las mujeres que, como Elizabeth, sacrifican sus sueños por mantener la paz en sus hogares. Quizás, al compartir esta historia, Valdés haya dado voz a muchas otras mujeres que enfrentan situaciones similares, recordándoles que su valor no está definido por la aprobación o el control de sus parejas, sino por su capacidad de ser libres y de seguir sus propios sueños.